En general, los empleados se sienten más estresados que nunca. Con una mala conciliación de la vida laboral y familiar, demasiado trabajo durante el día y una mala gestión, se sabe que alrededor del 80 % de los trabajadores se sienten estresados durante más de la mitad de su vida laboral.
El equilibrio entre trabajo y vida privada: el equilibrio inherente entre el tiempo total que pasas trabajando y el tiempo libre del que dispones para hacer lo que te apetezca es una métrica vital de la calidad de vida a la que hay que prestar mucha atención. Por suerte, es bastante fácil calibrar si nuestro equilibrio entre la vida personal y profesional es bueno o malo. Simplemente presta atención a cómo de estresado te sientes y si tienes mucho tiempo libre o te encuentras trabajando mucho más allá de tu hora límite o de las 5 de la tarde.
Sin embargo, el estrés no es ni mucho menos la única consecuencia de un mal equilibrio entre el trabajo y la vida personal. En este artículo, nos adentraremos en todos los posibles efectos negativos secundarios de un desequilibrio entre la vida laboral y personal, esbozando estrategias y enfoques eficaces que puedes utilizar para superarlos. Recuperarás el equilibrio entre tu vida laboral y personal en un abrir y cerrar de ojos.
Comprender las consecuencias negativas de un mal equilibro entre la vida laboral y familiar
Un mal equilibrio entre el trabajo y la vida privada es mucho más que sentirse un poco abrumado. Es más que hacer 9 horas en la oficina en lugar de 8. La mayoría de las veces, si tenemos en cuenta el tiempo que tardamos en ir y volver del trabajo, combinado con los largos periodos de tiempo que pasamos pensando en el trabajo, queda poco espacio para el tiempo libre.
Cuando esto ocurre durante cinco días a la semana, con sólo dos breves días de fin de semana para recuperarse, no es de extrañar que tanta gente se sienta completamente agotada.
Hay una serie de efectos negativos como consecuencia de un mal balance entre la vida profesional y familiar:
- Aumento del estrés: por supuesto, si pasas más tiempo trabajando para intentar mantenerte por delante de la creciente marea de trabajo que tienes que hacer, te sentirás más estresado de lo normal. Junto a una plétora de riesgos del estrés relacionados con la salud, el estrés también puede contribuir a empeorar la percepción de uno mismo. Cuando se combina con empleados que son perfeccionistas, esto puede convertirse rápidamente en una receta para el desastre total.
- Mayor probabilidad de agotamiento: uno de los efectos más comunes de un mal equilibrio entre la vida laboral y personal es el agotamiento. En torno al 50 % de los empleados totales están quemados y esta cifra es aún mayor entre los más jóvenes. Con la presión social para seguir trabajando y seguir adelante, muchas personas se encuentran trabajando en exceso sin ninguna recompensa. A partir de ahí, es fácil desilusionarse con tu trabajo y perder rápidamente el interés. El agotamiento afectará a todo, desde tu productividad hasta tu salud mental.
- Riesgos para la salud: las personas que pasan demasiado tiempo trabajando corren el riesgo de sufrir una serie de consecuencias mentales y físicas perjudiciales. Más allá de la ansiedad y la depresión, de las que hablaremos en breve, las personas que tienen un mal equilibrio entre el trabajo y la vida personal tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas y derrames cerebrales.
- Falta de satisfacción con la vida: uno de los efectos de una mala conciliación de la vida laboral y familiar que más se suele olvidar es el hecho de que los empleados empezarán rápidamente a sentirse insatisfechos con sus vidas. Más allá de sentirse molestos por el rendimiento laboral, si los empleados empiezan a sentir que sólo viven para trabajar, su calidad de vida general empezará a resquebrajarse. No es de extrañar que un mal equilibrio entre el trabajo y la vida privada pueda provocar ansiedad y depresión teniendo esto en cuenta.
Si tienes un mal equilibrio entre trabajo y vida privada, la cantidad de riesgos físicos, mentales y de bienestar a los que te expones son sencillamente desastrosos. Es hora de dar un paso atrás, reevaluar tu posición y pedir ayuda si la necesitas.
No hay que avergonzarse por necesitar ayuda; tu sinceridad ayudará a todo el mundo a largo plazo y contribuirá a un lugar de trabajo mucho más saludable.
Buscar ayuda para poder compaginar la vida laboral y familiar
La mayoría de las veces, si te sientes quemado en el trabajo y sientes que tu vida laboral ocupa cada vez más tiempo de tus días, probablemente no estés solo. Si un miembro del equipo siente la tensión del trabajo, es probable que muchas más personas la estén sintiendo. Una forma fantástica de sentirte menos solo es acercarte a tus compañeros de trabajo.
Mantener una conversación con tus compañeros de trabajo puede ser una forma estupenda de crear compañerismo. Cuando veas que otras personas pueden identificarse con tu problema, podrás empezar a idear formas eficaces de identificar los problemas y superarlos.
Quizá tu jefe te asigna demasiado trabajo. O tal vez la culpa recaiga más sobre ti por asumir demasiado trabajo y no decir que no. Dependiendo de lo que sientan tus compañeros, tendrás una idea más clara de dónde está fallando tu equilibrio entre trabajo y vida privada.
Una vez que hayas definido los problemas principales que te afectan, estarás en mejores condiciones para abordarlos y superarlos. No seas tímido ni te preocupes cuando pidas ayuda: todo el mundo necesita que le echen una mano de vez en cuando. Sobre todo, teniendo en cuenta que trabajamos más de 90 000 horas en nuestra vida, es mejor asegurarse de que esas horas sean lo más felices y libres de estrés posible.
Reflexiones finales
Un mal equilibrio entre el trabajo y la vida personal puede ser una de las cosas más destructivas con las que la gente se compromete accidentalmente. En torno al 72 % de las personas no están contentas con su actual balance entre el trabajo y la vida privada, lo que significa que no eres ni mucho menos la único que se siente un poco quemado. En lugar de cargar con el trabajo y seguir adelante, siempre es mejor sentarse con tu jefe e intentar encontrar una solución.
Si dejas que se prolongue demasiado el desequilibrio entre trabajo y vida privada, te encontrarás rápidamente con toda una serie de consecuencias negativas. Comprender el daño que pueden causar te ayudará a tomar la decisión de empezar a cambiar tu enfoque del trabajo. Además, aunque las relaciones con nuestro trabajo son importantes, no son nada en comparación con las relaciones que tenemos con nosotros mismos y con nuestra salud mental.